viernes, julio 29, 2005

soñar

A veces a algunos de nosotros se nos castiga de "ilusos". Se nos dice que para qué nos ilusionamos con cosas que todavía no suceden o difícilmente sucedan. Mucha verdad tiene esta aseveración, porque perseguir algo inexistente es más una cuestión de fé que otra cosa. Tal vez tenga razón ese mote de "iluso". O tal vez no.

Esta ilusa búsqueda, o lucha, sirve más por otra razón: no conformarse con nuestro presente, sino perseguir el futuro, ese que tanto anhelamos, que tanto soñamos. Eso es soñar, ser un iluso, porque de qué sirve hacerlo "con los pies en la tierra", si no nos podemos despegar de nuestros miedos, nuestros errores, nuestro karma. SOÑAR ES VOLAR, es sentir el aire en la cara, los pelos al viento, y verlo todo desde arriba, donde todo se ve más pequeño y más fácil de controlar.

Soñar puede devolvernos a la realidad con más energía para vivir, más amor para dar, y más recepción para recibirlo.

Soñar es, en todo caso, tan ilusorio como pretender que lo que nos rodea es lo mejor que podemos tener. Sin sueños no hay objetivos que perseguir e ideas por las cuales morir.

Que nadie nos despierte a nosotros los ilusos, porque sólo al final de un camino recorrido se valora lo vivido en él.

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