viernes, febrero 03, 2012

El verdadero principio del Camino

Este blog nació como intento de respuesta a muchas cuestiones personales, y en la medida que las respuestas fueron apareciendo, la frecuencia de escribir y compartir cosas en él fueron disminuyendo.

El Camino por desconocido a veces es temido, pero a la vez que se recorre nos deja enseñanzas que nos servirán de guía durante el resto de la travesía. Durante el recorrido podemos tener altibajos, y a veces no entender del todo a donde se dirige, pero debemos ser pacientes, ya que no podemos ver el resto de la escena, y el papel que hemos de desempeñar en el futuro cercano.

Mi papel cambió radicalmente una madrugada de agosto, en la que nació la Luz que tanto necesitaba. Con sonrisa contagiosa, mirada pícara y tierna, y abrazos que lo dicen todo, Clara Sofía es el nuevo centro de mi Mundo.

Ahora mi papel me exige aprender, jugar, y sonreír, cosa muy bien recibida por cierto, y también me exige cuidar, planificar y soñar. Estoy muy contento con el rol que desempeño ahora, con el rol que me había reservado el Camino, que por supuesto recién empieza....



Cedamos a ellos y su sonrisa lo calmará todo.

miércoles, agosto 03, 2011

El regalo de la vida

El regalo de la vida que cambió mi motor.

Cómo explicar que pese a seguir siendo yo, ya no soy el mismo.

Que ya no soy el mismo que escribió y expulsó pensamientos en este blog. En esta bitácora "perdida del mundo" que suplantando al lápiz y papel, nos da la ventaja de que algún ser humano tenga la oportunidad de leer lo que pensamos, lo que sentimos y hasta se identifique, se conecte con uno mismo en algún momento de nuestra existencia.

Volviendo a lo de no ser yo, es raro, es simple, es maravilloso. Hace exactamente 32 semanas recibí un cambio, que en principio me alteró los "planes" de futuro inmediato pero que terminé entendiendo era nada más ni nada menos que el regalo de la vida.

El día que la Tierra se detuvo

La primera vez que tomé contacto con Clara Sofía, fue un día de finales de febrero, cuando me quedé sin palabras al ver un milagro, in situ, en la primer ecografía de la hijita que esperamos junto a mi esposa Mariá Inés. Yo no esperaba ver mucho, sinceramente, pero allí apareció ella con su cuerpecito todavía en formación, pero claramente definido.
Sentir latir su corazoncito, fue como haber viajado por toda la Galaxia y vuelto en apenas unos segundos...
Bastaron 2,4cm de esta personita que vivía dentro del vientre materno para que mi mundo, a veces sombrío, a veces confuso, cambiara por completo. Gradual pero globalmente comenzó una evolución de la cual no puedo estar menos que agradecido y humildemente orgulloso de protagonizarla.

"El Camino es la recompensa" dijo el técnico de la selección uruguaya tras ganar la Copa América. Nunca estuve tan de acuerdo. Algunas frases o pensamientos adquieren nuevos sentidos cuando nos volvemos a encontrar con ellas, en diferentes etapas de nuestra vida.

Nunca un Camino mostró una recompensa tan valiosa, tan única e irrepetible. Ya no habría lugar para individualismos como válvula de escape, ahora debía estar por y para ella. Si bien setiembre es el mes de su llegada, yo ya me sentí padre ese día de febrero.

La revolución es en paz

Pero aún faltaba la cereza de la torta... Yo todavía seguía siendo ese chico tímido, inseguro, que estaba atado a su pasado, que miraba reacio al futuro y se debatía en su presente.

Hasta que se sucedieron algunas situaciones un tanto "fuera de contexto" en ámbitos laborales, donde tuve que tomar decisiones las cuales trajeron consigo inusitadas. Cualquier decisión traería consecuencias.
Opté por respetar mis principios como persona, sobre los cuales me he valido para haber llegado hasta aquí. No soy ningún pulcro Caballero o Pastor, pero aceptar la mentira, era desandar el Camino recorrido a cambio de nada.

Entonces, luego de algunos meses de que la mente pasara factura, y el cuerpo dijera STOP, experimenté el siguiente paso del "cambio". Mis creencias durante mi vida habían transitado por distintos momentos, y este fue uno de ellos.
Pese a que estuve mucho tiempo confundido, Él nunca dejó de creer en mí
Soy sincero y en ese momento no vi la conexión, pero una cosa trajo la otra, y de repente el saberme protector y responsable de Clara comenzó la revolución interna que faltaba. Los dolores y angustias se hacían a un lado, y comencé a creer. Así sencillamente. Creer. En que todo estará mejor, en sentirme capaz de dar vuelta la situación, creer en mí básicamente. Algo tan fácil y básico pero tan postergado en mi caso.

Innumerables cosas han pasado y seguirán pasando en mi vida, pero yo ya no soy el mismo, ya no deambulo sin rumbo claro, mi Motivo es único y vital ahora, proteger y confortar a María Inés y Clara contra viento y marea.

Mi cuerpo se ha desconectado de la mente. Mientras el primero le envía señales de dolor físico y stress que antes me hubieran hecho caer en angustias que agravara los mismos, la segunda, guiada por el alma y corazón, permanece con el Norte invariable, y me brinda constante empuje y energía para afrontar la vida. Es como si desafiara una y otra vez las ahora nefastas reglas por las cuales me he "auto regulado" para vivir, reglas que concebí dentro mío pero que entendí eran las que me habían atrapado por tanto tiempo. Ya no viviría en ese mundo, ahora era sería yo quien movería cielo y tierra para generar mi propio mundo, mi propio destino.

Un milagro de luz ha aparecido en mi Camino y no ha hecho más que renovar mi olvidado motor, darme la llave maestra para encenderlo y tener la certeza de que jamás se volverá a apagar.

Honestamente, muero por tenerla en mis brazos, por mimarla, protegerla y guiarla con nada más que el amor y lo que creo son buenos principios, en su propio camino. Ella ya es mi recompensa.

miércoles, abril 27, 2011

Escupiendo dolores


Es increíble como antes brotaban las palabras sin siquiera pensarlo. Sentarme ante este blog era una catársis de lo masticado durante mucho tiempo. Todo fluía de una manera especial, cada palabra daba en la tecla sin ser muy observada, tenía cada una su razón de ser.

En la tormenta todo surge más claro a veces...

Ahora encaminado en muchas "cosas de la vida", cada día es igual al anterior, puede confundirse un día de invierno con uno de verano, ninguno tiene su sello que lo haga recordable.

Es increíble como cuando más tiempo libre tenemos en nuestras vidas, es decir en la infancia y en la vejez, es cuando menos sabemos qué hacer con él, y mientras tanto, cuando valoramos cabalmente lo que nos sucede, con quien deseamos recorrer el camino, crecer personalmente, etc, es cuando no disponemos de tiempo alguno. Las distracciones circunstanciales y obligaciones del sistema en el que vivimos inmersos, para beneficio de poquísimos, es una suerte de asfixia que si bien de ocasión en ocasión nos da una pequeña bocanada de aire, no creo que permita llenarse los pulmones de esto que se llama existencia.

En lo personal creo que desde hace un tiempo vivo un castigo propio, un infierno del que no se sale. Y digo castigo porque causas de otro tipo no he encontrado, creanme que las he buscado. No hay espíritu que habite un templo en ruinas. Si el dolor físico es signo de que estamos vivos, yo soy un océano de vida.

Castigo por haber priorizado encajar ante el mundo en lugar de respirar por mí mismo, ajustarme en lugar de liberarme de él, lo que se hace se paga dicen...

Si antes había Caminos, ahora hay abismos y precipicios, algo que me preocupa, pero que claro, quién va a tener tiempo para darle real importancia cuando somos auténticas mulas de carga de un sistema ideado por hombres para separarlos nauseabundamente entre sí?

Es esta reflexión válida o es hasta algo que está incluso previsto y esperado de parte de todo el eco-sistema que nos gobierna?

lunes, octubre 18, 2010

Quebrado


Los vértigos en forma de realidades paralelas no me abandonan. El querer ser se choca constante con el querer parecer.

Luego de años de creer que "ahora estoy bien", caigo en la ficha que sigo sentadito en el mismo lugar, con las mismas heridas conceptuales, y con mucho menos futuro por conquistar.

Ambiciones, demasiadas ambiciones... Querer ganarle a la Banca tiene sus costos.

Me siento sin esperanza, miro y no me encuentro, la posibilidad de haber sido sigue machacando, mientras siento el deterioro diario.

Este era el Fin del Camino? No entiendo pero no tengo fuerza para cuestionarlo.
Al menos antes tenía valentía para llorar lo que quería conquistar.

Mientras aquí sigo, desorientado, con un maletín de una felicidad comprada que por ahora se vacía indefectiblemente.